Renovados para enfrentar este año 2023

Queridos trabajadores y trabajadoras de la Vicaría, iniciamos este año después del receso de las vacaciones y espero que estemos renovados para enfrentar este 2023 que encierra una serie de desafíos. 

Como Iglesia vivimos este tiempo, marcado por la cuaresma, camino de preparación para celebrar la Pasión Muerte y Resurrección de Jesús. Este acontecimiento es de gran importancia porque muere por nosotros para que tengamos vida y vida en abundancia como Él mismo dijo. Ya la muerte del Señor en la cruz podría inquietarnos por la forma en que ocurrió, las causantes, la manera en cómo la enfrentó y muchas otras aristas, pero resulta que la escritura nos dice en muchos lugares que fue por cada uno de nosotros. Esto es fuerte en medio de un mundo en parte indiferente y que no se deja cuestionar por este hecho. Detrás de su entrega hasta la muerte está toda la obra de Jesús y la instauración de su Reino iniciado en su Persona que muere como la semilla para dar fruto abundante.

Pero más allá de generalidades nosotros estamos llamados a acoger su Palabra que nos dice “El reino de Dios está cerca, conviértanse y acepten el evangelio”, palabras que nos recuerda la liturgia cuando nos imponen la ceniza. La conversión o el cambio de vida que Jesús espera, está indicado como aceptación del evangelio, es decir que la guía en nuestra forma de vivir es su palabra. Podemos preguntarnos ahora: ¿Qué espera el Señor de mí? ¿Cómo puedo yo responder a su invitación a seguirlo en su forma de vida? O con las palabras de San Alberto: ¿Qué haría Cristo si estuviera en mi lugar? 

Como parte del equipo de la Vicaria quiero invitarles a meditar especialmente en las consecuencias que esto tiene para la transformación de la sociedad y de nuestra forma de trabajar. Jesús en la sinagoga de Nazareth cuando comienza su servicio público dice: “El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para evangelizar a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; A predicar el año agradable del Señor.” La evangelización de los pobres es la primera de las obras del Mesías en su servicio y siento cada vez más que nos encarga esa tarea a nosotros. El Papa Francisco lo aterriza de esta manera:

“Puesto que esta Exhortación se dirige a los miembros de la Iglesia católica quiero expresar con dolor que la peor discriminación que sufren los pobres es la falta de atención espiritual. La inmensa mayoría de los pobres tiene una especial apertura a la fe; necesitan a Dios y no podemos dejar de ofrecerles su amistad, su bendición, su Palabra, la celebración de los Sacramentos y la propuesta de un camino de crecimiento y de maduración en la fe. La opción preferencial por los pobres debe traducirse principalmente en una atención religiosa privilegiada y prioritaria” (Evangelii Gaudium 200).

Esto además tiene una gran repercusión en la transformación social, ya que como nos enseñó el papa Benedicto: “que el anuncio de Cristo es el primero y principal factor de desarrollo” (Caritas in Veritate 8).

Padre Jaime Tocornal
Vicario de la Pastoral Social Caritas