Familias sirias y chilenas compartieron encuentro intercultural

La actividad se llevó  a cabo en la vicaría zonal y permitió compartir experiencias y distintas expresiones de la cultura de ambos países, como comidas típicas y bailes. Fue una actividad en que las mujeres que participan del programa tuvieron un rol muy importante, tanto en la preparación de los platos típicos de su país, como en la presentación de cada uno de ellos ante los presentes.

”Fue todo muy bonito, lo pasamos muy bien”, dice Mariette Israil, integrante del programa de reasentamiento que participó junto a su esposo y sus dos hijos en la actividad.  Entre las comidas chilenas, Mariette se acuerda de las empanadas y las sopaipillas, además de algunos platos sirios  en base a salsa blanca, pollo y queso.

La posibilidad de encontrarse y compartir con familias chilenas fue una experiencia muy valorada por los participantes. “Nos comunicábamos de manera normal con los chilenos, varias veces ya nos hemos juntado con familias chilenas, la gente es muy cariñosa y nos ayudan a entender el idioma”, dice Mariette quien además expresa que este tipo de actividades ayuda a la integración y a conocer Chile.

La actividad tuvo como objetivo generar nuevos espacios de encuentro entre familias chilenas y sirias que favorezcan el proceso de integración que se está desarrollando actualmente, explica Ana Luisa Muñoz, Encargada del Programa de Reasentamiento de refugiados sirios de la Vicaría de Pastoral Social Caritas. “Se trata de instancias que permitan dialogar y conocer un poco de ambas  culturas, pero también fue un espacio para relevar la participación de la mujer, porque esta actividad fue ideada y preparada por las mujeres del programa, ellas querían presentar sus sueños puestos en Chile”.

Un momento especial en el encuentro, comenta Ana Luisa, fue cuando las mujeres sirias tomaron la palabra para compartir en qué consistían sus preparaciones gastronómicas. “Cada una presentó su plato y  muchas asociaban sus preparaciones a experiencias de vida, recuerdos de momentos, de personas significativas, fue muy emotivo”.

Para las familias chilenas fue un espacio para interactuar entre todos los participantes, así lo compartió Patricia Pontiggia, de la zona oriente.   “A pesar del idioma pudimos interactuar a través de frases sencillas, rescato también el espacio más festivo, celebrativo que contribuyó  a que las familias sirias estuvieran con alegría, con entusiasmo. La confianza que se generó, el  reconocer otras realidades culturales son importantes, es una posibilidad de vincularse, de compartir en familia”.