Adultos mayores ante las injusticias: ¡Promotores de Esperanza!

Parecía más un encuentro juvenil, por la alegría, energía, cantos, bailes y ambiente festivo que precedió esta actividad promovida por la Vicaría de Pastoral Social Caritas, del Arzobispado de Santiago, en el contexto de la Tercera Jornada Mundial de los Pobres convocada por el Papa Francisco.

El cabildo se desarrolló el pasado jueves 21 de noviembre en la casa de jóvenes salesiana de Lo Cañas, a donde llegaron adultos mayores de las siete vicarías zonales de la arquidiócesis, entre 25 y 30 personas por cada una, incluidos voluntarios de comedores, de Ayuda Fraterna, grupos de oración, clubes de adultos mayores, todos vinculados a la Iglesia en Santiago.

Ivana Villar, coordinadora de la pastoral social de la Zona Oriente, explicó que el encuentro se organizó considerando también el contexto de movimientos sociales que vive el país: "Era necesario escuchar la voz de nuestros adultos mayores, sus necesidades sus prioridades, escuchar cómo se han sentido en este tiempo, especialmente los que vivieron en la época del golpe militar. Aprovechando esta instancia de la Jornada Mundial de los Pobres, los convocamos para escuchar sus reflexiones, sus intereses y también un espacio de compartir y de entretención, que a ellos les gusta tanto".

La voz de los adultos mayores
Los presentes participaron en veinte grupos, para responder las preguntas del cuestionario, relacionadas con lo señalado por Ivana. Fue un momento libre para expresar sus ideas, sensaciones, dolores y esperanzas. Esto es parte de lo que escuchábamos al recorrer las mesas:

Carlos: "Yo tengo un hijo de 26 años, es ingeniero y está sin trabajo. Tiene motivos más que suficientes para no estar contento con el sistema, porque es un ilustre cesante. Pero también hemos descubierto lo peor de nosotros, los seres humanos, es muy fácil destruir cosas, lo difícil será reconstruir, y se está destruyendo el espíritu de los chilenos".

María Teresa: "Me las lloré todas al ver los enfrentamientos entre jóvenes y Carabineros. Somos todos hermanos. Nosotros los adultos mayores tenemos miedo".

Teresa: Yo espero que el gobierno recapacite, que dé una solución a este país y no haga lo mismo de siempre. Que suba las pensiones, arregle las deudas del CAE, porque los estudiantes viven de nosotros. Que los chiquillos marchen, pero también están haciendo mucha maldad, que la vamos a pagar nosotros. Llevamos 30 años y los gobiernos no arreglan nada.

María: "En el origen de todo esto hay mucha injusticia, mucha desigualdad".

Perdón y esperanza

María Olivia: "Me pensioné por el sistema antiguo y no tengo la pensión de 150 mil pesos. Ahora hago un voluntariado con el adulto mayor, los llevo a los hospitales y voy a pedir hora y retirar los medicamentos".

Bernarda: "Esto viene desde hace muchos años, es una acumulación de problemas. No solo es este Presidente, son todos los políticos, en general, que no logran ponerse de acuerdo. Es verdad que necesitamos, yo saco 120 mil pesos y tengo que adaptarme, aunque otra señora tenga un auto maravilloso. Lamentablemente nunca vamos a ser todos iguales, pero nos estamos haciendo un daño a nosotros mismos, porque el Metro lo usa la gente que trabaja".

Leopoldo. "Nos han disfrazado de clase media, cuando la mayoría de este país es pobre. Siempre llegas a fin de mes con un saldo en contra y tienes que endeudarte para vivir y muchos de nuestros hermanos sacan alimentos del supermercado con crédito, para poder comer. El otro día escuché a un chiquillo que decía: "Yo hago tira todas las cosas, porque están mal hechas, para que las hagan de nuevo". Porque hay una rabia contenida".

Cristina: "Es la gran oportunidad que tenemos para hacer cambios estructurales para que cambien la salud, la educación, las AFP, los políticos".

Al final de este trabajo, el padre Jorge Muñoz, vicario de la Pastoral Social Caritas, reseñó los siete planteamientos mayoritarios de entre todos los expuestos por los participantes en el cabildo:
La rotura del tejido social, "al vivir despreocupados de los demás, encerrados en nosotros mismos, indiferentes". La desigualdad que vive el país: "Hay una tremenda desigualdad. ¡Qué mal se reparte la torta en nuestro país! Porque la torta es abundante y podría alcanzar para todos". El olvido de los adultos mayores: "Una sociedad digna y respetable se preocupa de sus adultos mayores. Si bien hay beneficios, son un caramelo para tranquilizar". La manera de concebir la sociedad desde el beneficio económico: "Cuando la sociedad se concibe no poniendo a la persona en el centro, sino poniendo el beneficio económico, hay empresarios que se llevan la mitad de la torta y para el resto queda un trocito". Falta de oportunidades y educación para los jóvenes: "El país no ofrece oportunidades reales para un sector importante de nuestros niñas, niños y jóvenes". Una salud digna: "No importa cuánta plata tengamos en el bolsillo, sino que sea la misma salud para todos. Y eso se puede, hay países que lo tiene asumido". Aprender a reclamar nuestros derechos sin recurrir a la violencia: "Es algo que no sabemos, parece, porque hay mucha rabia acumulada".

La Universidad Cardenal Silva Henríquez va a hacer una sistematización de las propuestas recogidas para elaborar un documento que se hará llegar a las autoridades correspondientes.

Finalmente, el vicario de la Zona Oriente, padre Manuel Paz, llamó al término del encuentro a que "miremos a Jesús, que vence la muerte. Nosotros creemos en la esperanza, no en una esperanza ingenua -hay cosas muy duras pendientes que han reventado- pero también queremos enfocarnos en esta crisis con optimismo, que tiene que ver con la sabiduría y con la garra que ustedes han vivido toda su vida. A partir de esto, que podamos trabajar más allá de nuestra edad, para construir un proyecto de país y de Iglesia donde los valores trastocados puedan ser una oportunidad para todos".

Este cabildo, el primero de su magnitud, ha sido precedido de diversas jornadas de reflexión y cabildos de pequeñas comunidades parroquiales, y se está pensando hacer más encuentros de este tipo en las comunidades parroquiales de cada zona territorial de la arquidiócesis.