Feriantes, voluntarios de distintas fundaciones, personas en situación de calle que suelen pernoctar en los alrededores de La Vega Central y representantes de las instituciones organizadoras del Mes de la Solidaridad, celebraron con un desayuno el inicio de la versión número 16 del Mes de la Solidaridad que este año se enfoca en transmitir a los más jóvenes que la felicidad está en el dar y en el vincularse con los demás, esto bajo el lema “La felicidad la recibes cuando te das”.
Construir vínculos entre las personas produce felicidad, ya que la ayuda mutua, el encuentro y compromiso con los demás despierta solo sensaciones positivas. Este sentimiento de felicidad permanece en el tiempo, a diferencia de la breve sensación de felicidad que se logra a través del consumo de bienes materiales. Eso es lo que se quiere transmitir a la juventud y la sociedad en su conjunto.
“La solidaridad es una expresión del mandamiento que nos pide el Señor, sobre todo para los más necesitados, los más pequeños y los más pobres. Estamos en este lugar de encuentro, como es La Vega, dando inicio a este mes especial que expresa la vitalidad de la vida de la iglesia. Ojalá que la solidaridad sea una actitud permanente durante toda la vida, el amor y la solidaridad a nosotros nos realiza, la verdadera felicidad la sentimos cuando nos entregamos, cuando somos servidores, no tanto en recibir ni en materialismos. El llamado es a que demos humanidad con gestos, desde el saludo hasta acciones más concretas”, comentó el Obispo Auxiliar de Santiago y Vicario de la Pastoral Social Caritas, Jorge Concha, mientras compartía el desayuno junto con personas en situación de calle.
Una manera concreta de experimentar esta creación de vínculos es a través de la entrega al otro, del voluntariado. Pero, lamentablemente, en Chile solo el 7% de los jóvenes participa en algún tipo de voluntariado de manera estable.
“La invitación es a entregarse por los demás, a hacernos responsables los unos de los otros, para hacer del mundo un mejor lugar, más humano y solidario, bajo el ejemplo iluminador de San Alberto Hurtado. Esta es la solidaridad que quisiéramos, el orgullo de Chile lo dejó el padre Hurtado que tenía un lema que era tremendo; es mejor gastarse que oxidarse”, dijo el capellán del Hogar de Cristo, Pablo Walker.
Por su parte Arturo Guerrero, relacionar público de la Vega Central, explicó porque los locatarios decidieron sumarse a esta iniciativa. “Aquí está la inspiración del Padre Hurtado, del patrón de los que vivían abajo del río. En La Vega nosotros tenemos un dicho, después de Dios está La Vega, y pensamos que este mes marca la pauta de lo que deben ser todos los meses del año. Más que dar en La Vega, nosotros recibimos y somos felices. Ojalá este ejemplo sirva sobre todo para los jóvenes, que han ido perdiendo el sentido de la ayuda social”.
La voz de los que sufren
Eduardo Román llega todos los días a la vega a trabajar para tener un poco de dinero y poder vivir y comer. Al ver la gran mesa quedó sorprendido. “Esto fue un regalo para todos los que trabajamos aquí en La Vega, aquí somos familia todos, esa misma familia que siempre nos inculcó el Padre Hurtado, todos hermanos, y que hoy recordamos con mucho cariño”.
Por su parte Juan Salas explicó la situación que muchas personas viven en La Vega. “Aquí hay mucha gente que está en situación de calle y que viene a hacer fletes por una comida, por un desayuno, gracias por esta iniciativa que además nos recordó la hermosa labor del Padre Hurtado”.
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