En este mes de celebraciones de fiestas patrias, quisiera invitarles a poder reflexionar en torno al concepto de "Patria", no tan solo en los aspectos de carácter cívico, sino desde la visión relacionada a una fe puesta en obras.
Para esto, quisiera recordar algunas palabras de nuestro patrono San Alberto Hurtado: “El concepto de Patria exige sacrificios para que haya entre los miembros de la familia nacional una vida digna de hombres para todos.” (San Alberto Huratdo). Así podemos asociar este concepto con la búsqueda de un bien común, yendo muchas veces en contra de una cultura basada en individualismos, marcada por una falta de sensibilidad con la situación precaria en la que viven tantos hermanos y hermanas.
Desde lo anterior se desprende una importante misión para cada persona, cada cristiano o cristiana que ve en el prójimo el rostro de Cristo, para cultivar una creciente motivación por amar y servir sin medidas.
A momentos podemos caer en alguna desesperanza, o en “algún pesimismo estéril” al mirar el cómo está nuestro país actualmente. Sin embargo, la sed de justicia y el deseo de bien que tenemos por y para los demás, nos puede ayudar a movilizar nuevas formas de esperanza para lo que hemos estado viviendo.
En esta misma línea quisiera compartirles un fragmento de unas palabras que dio el Cardenal Silva Henríquez. sobre la Patria, durante un 18 de septiembre:
“Nosotros, todos, somos constructores de la obra más bella: la patria. La patria terrena que prefigura y prepara la Patria sin fronteras. Esa Patria no comienza hoy, con nosotros; pero no puede crecer y fructificar sin nosotros. Por eso es que la recibimos con respeto, con gratitud, como una tarea hace muchos años comenzada, como un legado que nos enorgullece y compromete a la vez. Nuestra mirada hacia el pasado, próximo o remoto, quisiera ser más inquisitiva que condenatoria, más detectora de experiencias que enjuiciadora de omisiones; más de discípulo que aprende que de maestro que enseña. Recibimos la patria como un depósito sagrado y una tarea inacabada” (Cardenal Raúl Silva Henríquez, Homilia Te Deum 18 de Septiembre de 1978).
Desde lo anterior, se desprende la invitación a seguir construyendo una mejor patria, recibiéndola como un regalo, con el cual podemos comprometernos para hacer de ella un mejor lugar para tantas personas.
En cuanto a esta patria que recibimos es posible mirarla como una madre, ya que “(…) El amor a la Patria es un amor a la madre, la llamamos Madre Patria porque aquí nacimos, pero ella misma como toda madre nos enseña a caminar y se nos entrega para que la hagamos sobrevivir a otras generaciones (…)”(Palabras del Papa Francisco, en su mensaje a los Jóvenes en Maipú, Chile, 2018). Así, tenemos una clara invitación a ver la Patria como una madre, que a pesar de sus dificultades, podamos respetarla y trabajar por un mejor país.
Que la Virgen del Carmen, Patrona de Chile, nos guíe e interceda por nosotros ante su Hijo, para que podamos construir una mejor patria, donde todas las personas tengan cabida, especialmente las más excluidas.
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