Con alegría y gratitud, los 28 brigadistas recibieron su certificado en una ceremonia realizada la mañana del sábado 20 de julio 2024, en la parroquia Nuestra Señora del Carmen, culminando así su primer proceso de formación en salud mental motivados de servir a su prójimo y responder a una necesidad cada vez más presente en sus comunidades.
La capacitación estuvo a cargo de monitores de la OTEC Impulsa, a través de la cual adquirieron herramientas de Autocuidado, Psicoeducación de Salud Mental, Psicología de la Emergencia, Primeros Auxilios Psicológicos, Herramientas de Manejo de Duelo y derivación a redes locales, a personas que presentan alguna necesidad en cuanto al ámbito emocional. Y por medio de este proceso se espera aportar a mejorar la cohesión social y la integración comunitaria.
En la ceremonia de entrega de certificados estuvo presente el Padre Alejandro Vial, Vicario de la Pastoral Social Caritas, el padre Eduardo Rodriguez, párroco de Nuestra Señora del Carmen, representantes de Acnur y amigos y familiares de los y las brigadistas.
“Esta experiencia permite entregar herramientas a agentes pastorales para que puedan ayudar en contención emocional a personas migrantes y chilenas y eso es muy importante porque hay tantas situaciones de crisis en salud mental. Los brigadistas pueden acompañar, ser un hombro de consuelo para las comunidades. Ojalá esto pudiera estar en todas las parroquias, eso es muy positivo para nuestra Iglesia de Santiago”, señaló el Vicario de la Pastoral Social Caritas.
Los agentes pastorales dedicaron tiempo y esfuerzo a prepararse como líderes de salud mental.
“Poder apoyar a nuestra querida comunidad en tiempos de gran necesidad con el deseo de servir ha sido un faro de esperanza y amor. Hemos aprendido que la compasión y servicio al prójimo son fundamentales para construir una sociedad más justa y solidaria”, compartió Mariely Arrieta , brigadista.
“A lo largo de nuestra formación no solo hemos aprendido técnicas y conocimientos, sino también escuchar con empatía nuestra tarea deberá ser un reflejo del amor de Dios en la tierra, brindando esperanza frente a lo adverso”, dijo Mariely Arrieta.
Luis Valdes, compartió que su principal motivación de participar de este piloto fue ayudar a su esposa, quien padece dificultades en salud mental. “Quise tener mayor conocimiento para apoyarla. Lo que más destaco es que nos enseñaron de manera muy simple , clara y entendible a todos. Lo que más me ha servido es el trato que tenemos que dar a las personas cuando están en crisis, saber qué es lo más indicado, ser una ayuda, una contención”.
En representación de Acnur, Alejandra Faivovich destacó que “en el marco del trabajo en conjunto que realiza Acnur y la Vicaría para promover la integración de personas migrantes, refugiadas y comunidades de acogida, el ámbito de salud es muy importante Estamos muy contentos que ya se esté formando a nuevos brigadistas”.
El piloto de bienestar emocional es una iniciativa de la Vicaría a través de un trabajo articulado con sus programas comunidades de protección y el Centro Itinerante de Apoyo Psicológico CIAP, con el soporte técnico.
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