31 fueron los proyectos que - luego de participar de un proceso de postulación abierto por la vicaría- se adjudicaron los fondos de innovación solidaria, a tarvés de cual están recibiendo apoyo económico y técnico para llevar a cabos sus iniciativas, en bien de sus vecinos y vecinas.
Al centro de estos fondos está la posibilidad de potenciar y fortalecer iniciativas comunitarias orientadas a dar soluciones innovadoras a las necesidades o problemáticas territoriales. Entre estos proyectos está la iniciativa "Las niñas y niños tenemos derecho a estudiar y recrearnos", generada por la pastoral juvenil de la parroquia Nuestra Señora del Carmen.
Camila Parraguez, es la responsable de este proyecto, cuyo objetivo es aportar a la educación y entretención de 45 niños y niñas del asentamiento El Sueño de Todos, en Puente Alto. en el lugar ya cuentan con un espacio para crear una escuela que servirá para reforzar lo que los niños aprenden en sus respectivos colegios, pero además quieren dar espacio a la recreación."La idea es que no solo sea un lugar de estudio sino que puedan jugar y recrearse, tener actividades", comenta Camila.
Con los fondos de innovación solidaria ya han adquirido notebooks, para una sala de computación, también han comprado una impresora, tinta y un proyector. Por otra parte un grupo de profesores coluntarios apoyarán a los niños y niñas para que en este tiempo de pandemia puedan continuar aprendiendo.
Además de la ayuda de la vicaría las familias del asentamiento han conseguido recursos con campañas lo que permite que ya esté en marcha un proceso de construcción.
"Este campamento se inició el año pasado, nace en torno a la pandemia ya que muhas familias se quedaron sin trabajo y quedaron con vulnerablidad inmediata. Como pastoral juvenil comenzamos a trabajar con ellos, cuando no habían casas, sino que solo piezas. Al compartir vimos que los niños y niñas están super aburridos y para nosotros era muy mportante que ellos tengan su derecho a estudiar pero de una forma amigable. No es que no quisieran conectarse a sus clases online, sino que no podían y asi vimos que neceistaban un apoyo", comenta Camila.
Otro proyecto que se está apoyando desde la vicaría es "Rehabilitando en comunidad", a cargo de la Corporación para el Fortalecimiento de las Capacidades del Niño Impedido (La Rueda) que funciona en La Florida. Su objetivo es aportar a la inclusión, uniendo a dos grupos vulnerables; estudiates con discapacidad y adultos mayores que no cuentan con redes de apoyo. Ambos grupos se encuentran a través de un taller de tejido y bordado, liderado por adultos mayores, quienes son los encargados de enseñar las técnicas a los y las estudiantes.
A través del taller se generan muy buenas experiencias comenta Javiera Parraguez, responsable de la iniciativa, "Nuestros estudiantes tienen entre 16 y 56 años de edad, no cuentan con espacios de educación formal, y sus madres o padres son adultos mayores,Con este taller vemos que pueden desarrollar habilidades motoras, mientras que a los adultos mayores se les abre un espacio de sentido, comparten su experiencia de vida, se generan vínculos".
Con el avance a una fase de mayor apertura en el plan paso a paso, el taller se realiza de modo presencial en la sede de la corporación, respetando todos los protoclos sanitarios. EL aporte de los fondos de innovación solidaria les ha permitido adquirir materiales como telares, lanas, palilos, aguas de bordar e implementación de la sanitización necesaria. "En este tiempo hemos tenido contacto constante con la vicaría, nos han orientado respecto de como hacer los informes, hemos tenido charlas muy enriquecedoras", señala Javiera.
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