La presentación se realizó en el Palacio Arzobispal y fue encabezado por el presidente de la Campaña de Cuaresma, Mons. Pedro Ossandón y por el Vicario de la Pastoral Social y de los Trabajadores, Andrés Moro.
Desde 1981 los Obispos de Chile han convocado a la comunidad a ser parte de este espacio de servicio y solidaridad en beneficio de los más necesitados de la sociedad. Enmarcado en el tiempo litúrgico de Cuaresma - preparación espiritual para vivir Semana Santa- esta campaña ha ido en apoyo de diferentes grupos.
Es así como entre el 2010 y el 2012, se priorizaron los proyectos destinados a trabajo con juventud vulnerada, financiando un total de 129 proyectos con una cobertura aproximada de 8 mil jóvenes beneficiados.
En el lanzamiento del libro, el P. Andrés Moro, se refirió a la importancia de esta campaña: “Esta campaña surge en la década de los años 80’ y desde entonces la iglesia chilena nos ha invitado a reconocer en el otro y en la otra a un hermano o hermana; no solamente a alguien necesitado de un recurso económico sino ante todo a un hermano, preguntándonos dónde están los hermanos más excluidos, pobres y vulnerables, cómo los hacemos más visible y eso es lo que esta campaña ha querido hacer mostrándonos cada cierto tiempo rostros para seguir trabajando intensamente. Nuestra iglesia ha salido constantemente a las periferias, desde que Jesús de Nazaret empezó a anunciar la buena noticia del Evangelio. En Cuaresma queremos convertir el corazón, convertirnos de manera personal y comunitaria y a partir de esa conversión ser hombres y mujeres que poniendo adelante a los más pobres sean capaces de transformar la sociedad. A fin de cuenta Cuaresma nos prepara a anunciar a todo hombre y toda mujer que Cristo ha resucitado y que toda persona tiene derecho a vivir de manera digna porque todos hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios”, señaló.
En tanto, Mons.Ossandón, estuvo encargado de presentar los detalles del libro: “En estos días hemos conocido una estadística muy dura. En Chile hay 700 mil jóvenes que no estudian ni trabajan, una cifra alarmante por lo tanto cuando se realizó la campaña de Cuaresma de Fraternidad que se enfocó en los jóvenes entre 2010 y 2002 queríamos colaborar un servicio de visibilización de esta realidad. El Papa Francisco dice que la persona que pierde la capacidad de llorar por el dolor hermano se deshumaniza. En estos tres años el fondo nacional de la campaña de Cuaresma de Fraternidad quiso abrirnos los ojos a una realidad y lo hace como signo de la presencia de Dios, esta campaña nos enseña el valor de la fe no solo para los creyentes sino para todos los pueblos. Este libro quiere hacer justicia con todos aquellos que han colaborado no solo católicos sino también personas creyentes, de otras confesiones religiones y personas de buena voluntad que se han dado cuenta que son instrumento para ayudar a destapar esa montaña de amor de Dios. No hay nada peor que vivir con ese amor enclaustrado, esa es la tragedia humana, la infelicidad. Esta campaña nos tiene la virtud de sacarnos ese egoísmo. Queremos que esta campaña sea expresión del apoyo entre nosotros, no hay nada más agradable encontrarse con personas que te digan cómo estás, que se preocupen por ti,, eso hace crecer la confianza y vínculo de compromiso. No hay nada peor que vivir la pobreza, pero la pobreza en soledad es el infierno. Cuando nos reconocemos en este carácter solidario y redistributivo nos encontramos en la alegría de asumir juntos el dolor y permite financiar proyectos sociales en las distintas diócesis que tienen de fondo la dignidad de la persona, el protagonismo de cada hombre y mujer para que puedan generar iniciativas y tengan la fuerza propositiva para salir adelante”, manifestó.
Finalmente, el Presidente de la Campaña agradeció a todos los jóvenes chilenos que día a día se destacan por su compromiso en la ayuda social, en la acción fraterna, en la preocupación y el trabajo por su comunidad.
El lanzamiento contó también con una pieza musical presentada por Krishnna Ferreira Díaz, alumna de séptimo básico del colegio Arzobispo Manuel Vicuña de la Fundación Belén Educa.
La ceremonia finalizó con la bendición de los libros por parte de Mons. Ossandón.
Fuente: Pastoral Social Caritas
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