El padre Hurtado habló hoy en una Catedral repleta

Jóvenes, adultos, migrantes, personas en situación de calle, agentes pastorales, consagradas y sacerdotes, llegaron esta mañana a la Catedral de Santiago para dar inicio al Mes de la Solidaridad 2018. En la ocasión se pudo escuchar el testimonio de las distintas realidades de precariedad que se viven en nuestra sociedad, junto con palabras de San Alberto Hurtado que motivaron a los asistentes, que repletaron la Catedral, a salir a las periferias para ir en ayuda de los más necesitados.   

“Desde que el Papa vino a este templo y nos hizo preguntarnos, ¿qué haría Cristo en mi lugar?, recordando al padre Hurtado, queremos irnos de este templo con esta pregunta. Cuando vemos a cualquier persona que requiera algo de nosotros, cuando vemos que se le falta el respeto a alguien, cuando vemos que se abusa, que se le vulnera en su intimidad, ¿qué haría Cristo en mi lugar?, como puedo yo, poniendo lo mío, transformar el contexto donde estoy”, dijo el Vicario de la Pastoral Social Caritas, Jorge Muñoz SJ, a los asistentes.   

Además agregó: “No hay nadie en este lugar que no quiera que nuestra Iglesia se transforme, se cambie, enmiende los errores y los crímenes que hemos cometido. Por eso, ojalá, que con todo esto surja algo nuevo, una Iglesia distinta que efectivamente refleje la presencia de Cristo entre nosotros”.

El sacerdote jesuita que encabezó esta ceremonia, dijo que este mes tenía un sentido diferente. “Nos toca iniciar este Mes de la Solidaridad en un contexto inédito en la iglesia chilena, nunca antes nuestra Iglesia había estado tan debilitada, tan en crisis y con tanta falta de credibilidad. Tal vez por lo mismo, este mes tiene aún más sentido, desde esa solidaridad, desde recuperar el respeto básico que nos merecemos unos a otros, podemos construir una mejor iglesia, que respete a todos y a todas”.    

Por su parte la Hermana Nelly León, capellana Centro Penitenciario femenino, quien interpretó la realidad de las personas privadas de libertad, dijo que a pesar de todo no hay que rendirse.  “Estamos abatidos, desolados y tristes pero no rendidos. Para mi ese es el llamado y hoy creo que este encuentro fue precioso, alegre, vivo, creo que esta es la Iglesia que soñamos, la Iglesia que queremos: una Iglesia con los pies en el barro y más de todos, no solo de unos. La Iglesia no solo son los obispos, la iglesia es esto, somos todos. Escuchar al padre Hurtado es siempre motivante aunque me da pena reconocer que la realidad chilena no es muy distinta a lo que vivió él”, finalizó.

Estas fueron las principales frases de San Alberto Hurtado que se escucharon hoy en  la Catedral de Santiago:

“… no hemos tenido ningún temor de mirar la realidad del catolicismo de nuestra Patria, …, sin ningún deseo de atenuar sus sombras, de disimular sus defectos”. ¿Es chile un país católico? 1947.

“¿Nos habíamos engañado? ¿No hemos sido trabajadores de Cristo? ¿La Iglesia de nuestro tiempo, al menos en nuestra Patria, resistirá a tantos golpes?" Extracto de un texto más largo llamado “Reacción cristiana ante la angustia”, redactado por el Padre Hurtado en París, en noviembre de 1947.

“... La Iglesia de Dios se establece y triunfa, por el trabajo heroico de sus santos; por la plegaria de sus contemplativas; por la aceptación de las madres… que van a realizar en su hogar la obra de la ternura y de la fe; por la educación del que enseña y por la docilidad del que escucha. Por las horas de fábrica, de navegación, de campo al sol y a la lluvia; por el trabajo de padre que cumple así su deber cotidiano. Por la resistencia del patrón, del político o del dirigente de sindicato a las tentaciones del dinero, al acto deshonesto que enriquece… 

… Para el cristiano, la situación no es jamás desesperada. Por la luz que recibimos de lo alto, por el don que cada uno hace de sí, construimos la Iglesia. Su triunfo no se obtendrá sino después de rudos combates”. Reflexión autobiográfica del Padre Hurtado, escrita en noviembre de 1947.

 

La voz de los asistentes   

Jessica González, vino desde Puente Alto.

“Me alegra mucho ver que estaba la iglesia repleta, sobre todo en el contexto que estamos viviendo. Lo que se vivió fue muy hermoso, no esperaba este regalo. Estamos vivos aún a pesar de todo y vamos para adelante, más motivada que nunca a seguir con nuestra labor de ayuda, en mi caso a los enfermos de la Posta Central”.

Rocio Ramírez, viene desde la Zona Oriente.

“No podemos tapar el sol con un dedo con todo lo que está pasando en nuestra iglesia pero el llegar aquí y ver una iglesia llena es reconfortante. Las personas somos débiles pero eso no puede restar nuestra fe, la fe está en Dios no en una persona en particular. Tenemos que resurgir de las cenizas, más ahora en este mes tan significativo para todos los católicos. En lo personal me mueve mucho hacer cosas, ocuparte en vez de preocuparte”.   

Carla Morales, parroquia las Mercedes de Puente Alto.

“Fue una ceremonia muy preciosa, los testimonios estuvieron muy potentes al igual que las palabras del padre Hurtado. Me gustó que hablaran en un lenguaje muy inclusivo, me gusta que los temas que como católicos nos duelen, se toquen en el Mes de la Solidaridad. Estoy muy contenta y motivada después de haber participado”.