Monseńor Alejandro Goic reafirma debate sobre el sueldo ético

Calmo y sigiloso como siempre lo ha caracterizado. Así llegó el también Vicepresidente de la Conferencia Episcopal de Chile hasta la Facultad de Derecho de la Universidad Católica. Nada lo apresuraba. Sólo las ganas de exponer su parecer sobre justicia social y dignidad.

Es que el “Nuevo Sueldo Ético: Perspectivas y Desafíos” vino a reafirmar la postura de Monseñor Goic frente al tema: “Hablo desde mi convicción de chileno, católico y pastor” partió advirtiendo, quizás queriendo relevar que su pensamiento no es más que un código de las bienaventuranzas que extrae del Evangelio en pos de los más pobres y necesitados.

Las primeras risas silentes y cómplices de los asistentes a la jornada, avizoraban que nada de lo que dijera monseñor Goic sería en vano. Siguió recordando, así, cómo en el 2007, un canal nacional y en medio de los conflictos laborales que sacudían al país, lo ubicaron en su primer debate nacional: “En ese entonces propuse una cifra simbólica y dije lo del sueldo ético sin querer decirlo explícitamente”, recordó.

Ante la mirada atenta de todos, ahora argumentaba cuáles fueron las razones de cómo nuevamente en abril de 2016 sus palabras al periódico Encuentro de su edición de abril reabrirían el debate. Ahora, sostuvo que el servicio hacia los más pobres, la codicia en esta sociedad y la idea de que existen muchos trabajos donde el sueldo no alcanza, fueron elementales para volver a la discusión.

Tras este prólogo, el Obispo de Rancagua, continuó fundamentando que su parecer se basa en la identificación que tiene con los sufrientes tal como lo hizo Jesús. Por eso, repasó a San Juan Crisóstomo, San Ambrosio y al Padre Alberto Hurtado. Todo, para expresar que “los bienes pertenecen a todos”, destacando que las encíclicas sociales recogen los temas de justicia social y apuntan a una vida más digna.

“Chile es un país mayoritariamente católico y todos debemos buscar la igualdad, sean políticos o gobernantes. La prioridad es la solidaridad y las necesidades. Esos son los verdaderos problemas”, afirmó el Obispo Alejandro Goic, recordando que su mirada siempre será la de un pastor y no de un economista.

Concluyó relevando que el salario siempre debe ser la retribución a la dignidad de las personas y que se debe trabajar no sólo por el enriquecimiento personal, pues para él, “el lucro deja sin trabajo y construye un país desigual”, haciendo alusión al pasaje del Evangelio que dice que no se puede servir a Dios y al dinero.

Participaron además Carlos Fontaura, Decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Católica; José Francisco Castro, Jefe Departamento Jurídico del Ministerio del Trabajo; Fernando Coloma, Economista Universidad Católica; Felipe Valenzuela, Sociólogo Universidad del Desarrollo; Padre Andrés Moro, Vicario Pastoral Social y Gonzalo Durán, Economista Fundación Sol, entre otros invitados. 

Nadie quedó ajeno

Carlos Fontaura, Decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Católica

“Creo que la voz de la Iglesia siempre debe estar presente en todas las discusiones públicas. Nuestra fe no es para encerrarla, como dijo Monseñor Goic. La voz de la iglesia es importante como guía social. Comparto absolutamente la idea de llamar a las autoridades de Gobierno a sumarse. Todos los católicos debemos reflexionar sobre estos temas y otros y ver cómo resolverlos”.

José Francisco Castro, Jefe Departamento Jurídico Dirección del Trabajo

“La Iglesia siempre ha jugado un rol importante en Chile. Por lo tanto, no me cabe la menor duda, que fruto de ese rol, también este el sueldo ético y el impacto transversal que ha relevado. Me parece muy importante el llamado de la Iglesia, Monseñor Goic fue muy claro en decir que no se puede servir a Dios y al dinero y los católicos no debemos tener ese doble estándar. Más que la limosna, se debe buscar un nivel de vida digno”.

Padre Andrés Moro, Vicario Pastoral Social

“Ahora la tarea de todas las instituciones, del Gobierno y ojalá que los economistas y privados también se sumen, es descubrir cuál es un ingreso autónomo que pueda ser digno para los hombres y las mujeres de Chile. Y más que esperar nueve o veinte años, lo importante no es esperar la bonanza económica, sino una economía responsable”. 

Gonzalo Durán, Economista Fundación Sol

“Que sea la Iglesia quien proponga estos temas demuestra un déficit en términos de la discusión. De alguna forma lo que está planteando la Iglesia no está directamente vinculado en lo que debería ser una discusión salarial, si no que más ética y moral, entrega un revuelo enorme y eso demuestra que al debate le falta altura de miras y profundidad. En ese sentido, se agradece que Monseñor Goic proponga un sueldo ético, de otra manera no hubiéramos podido llegar a este tipo de discusiones”.

Fuente: Comunicaciones Santiago
www.iglesiadesantiago.cl