“Navidad con el Hermano” es una iniciativa que lleva casi 30 años realizándose cada diciembre. Este año, a pesar de las dificultades por la pandemia de la COVID-19, la ayuda fraterna continuó.
La dinámica para las entregas fue diferente, dadas las circunstancias. El equipo de la VPSC entregó las cajas en el espacio abierto de la parroquia, estableciendo distintos puntos de sanitización, toma de temperatura, chequeo de datos y entrega para asegurar la celeridad del proceso y evitar aglomeraciones de personas.
El padre Jorge Muñoz, Vicario de la Pastoral Social Caritas, expresó que lograr la meta de cajas para las comunidades, es un símbolo de alegría. “Nos parece que cada año la campaña es un milagro”, comentó Muñoz. “Cada año tiene sus características, contexto y dificultades. Este año quizás lo recordaremos como la Navidad de la pandemia”.
El vicario, también señaló que, en algún momento, creyeron que no lograrían la meta propuesta para el 2020. “Bajamos en relación al año pasado, que fueron cerca de 11.500 canastas. Este año, llegamos cerca de los 9.000, a pesar de la pandemia. Hoy día, podemos decir que cumplimos con todas las peticiones de canastas navideñas que teníamos”.
Eduardo Ceballos, encargado de la campaña Navidad con el Hermano en Santiago, coincidió en que la principal diferencia de este año con respecto a otros, fue la dificultad para conseguir las donaciones. “La pandemia nos ha afectado a todos. Claramente ha sido más difícil llegar a la meta”, puntualizó. Sin embargo, agrega que “gracias a Dios, las donaciones se fueron manifestando”.
Además de las casi 9 mil cajas que gestionó la VPSC a través de la campaña este 2020, cada parroquia hizo esfuerzos propios para sumar 1.000 cajas más y contribuir a la cena navideña de sus comunidades.
Rosa Campos, de la capilla Santa Cruz de la parroquia Cristo Redentor en Peñalolén, fue la encargada de distribuir las cajas para las 45 familias beneficiadas de su sector parroquial. “Ha sido un tiempo muy complicado. Pero hemos tratado de preocuparnos y cuidarnos lo más posible. Estamos muy agradecidos, porque hay mucha gente con necesidad. Gracias a Dios tenemos trabajo y podemos continuar, pero hay mucha gente que está muy débil; tienen prácticamente nada. Toda la ayuda y sacrificios que hacemos es para los demás, porque lo necesitan. Ahora muchos nos están esperando con las cajas para poder tener su cena de Navidad”, analiza.
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