La Pastoral Nacional de los Trabajadores (PNT), concluyó su jornada anual realizada en San Francisco de Mostazal con misiva sobre la actualidad laboral, mensaje al mundo católico y llamado a las autoridades para que tomen en cuenta los temas excluidos de esta reforma laboral, como es la situación de los trabajadores públicos, estatuto del temporero, trabajadores a honorarios, entre otros.
[San Francisco de Mostazal, 29 de enero 2015] En San Francisco de Mostazal se llevó a cabo el encuentro anual de la PNT, que reúne a los representantes de las distintas diócesis de la Iglesia Católica. Esta pastoral es un servicio de la Conferencia Episcopal, para abordar el tema de los trabajadores desde la doctrina social de la Iglesia.
Tras el encuentro, que se extendió por tres días, La PNT entregó la "Carta de San Francisco", que resume lo trabajado en la reunión.
"En el plano interno, constatamos el crecimiento de la Pastoral de los Trabajadores en diversas diócesis y el cumplimiento de buena parte de las tareas indicadas para el ańo 2014. De manera particular, queremos seńalar la pronta edición de la Guía de Pastoral de los Trabajadores "Las manos del Carpintero", que esperamos sea útil para fortalecer el trabajo de las iglesias diocesanas que ya cuentan con esta pastoral ambiental, así como avanzar a su constitución en aquellas donde aún no se organiza. Esta tarea es imprescindible para entregar nuestro aporte a la promoción de la dignidad de la persona humana en el mundo del trabajo".
Junto a esto, quedaron planteados los objetivos para este 2015. "Comunitariamente hemos definido las prioridades para el ańo 2015, que incluyen aspectos de promoción de la Pastoral de los Trabajadores y Trabajadoras; acompańamiento de las comunidades cristianas de trabajadores; fortalecimiento de la espiritualidad del trabajo y formación integral; y diálogo social".
Durante los tres días de trabajo, los agentes pastorales, analizaron la realidad laboral y la reforma anunciada por el gobierno. Junto a esto reconocieron el ciclo económico por el cual atraviesa la economía de nuestro país, esperando que éste no genere mayor desempleo. "Confiamos que la manera de enfrentarlo no sea mediante reducciones de personal, sino desde el ejercicio de la solidaridad".
En la misiva también se realiza una dura crítica a uno de los mayores problemas de nuestro país, la distribución de las riquezas. "Creemos que es inmoral la acumulación de la riqueza por una de las partes que la producen y, como dijeron nuestros obispos, inicua "cuando los más pobres, aunque tengan trabajo, no reciben los salarios que les permitan vivir y mantener dignamente a sus familias" (Humanizar y compartir con equidad, N°6). Por lo mismo, esperamos que la discusión de las reformas en el Congreso Nacional permita llegar a la mejor solución para avanzar en justicia social, tendiendo al bien común. Igualmente anhelamos que este debate legislativo lleve a elaborar normas que se consideren legítimas por las partes y no parcialmente tributarias del Plan Laboral de la dictadura".
Al finalizar seńalaron su preocupación por los puntos no tomados en cuenta durante esta reforma laboral, como es la situación de los empleados públicos, entre otras materias. "Nos preocupa que pronto puedan abordarse las materias excluidas de las actuales reformas en trámite: las causales no explicitadas de despido, el estatuto del temporero, la contratación a honorarios de trabajadores permanentes (en especial en el Estado), y la negociación colectiva en el sector público. En definitiva, hacer efectivo el ejercicio pleno de los derechos fundamentales de los trabajadores, así definidos por la OIT, respecto de los cuales muchas veces la Iglesia y su pensamiento social han anticipado conceptos y prácticas".