La Comisión Nacional Justicia y Paz realizó el Seminario "Cómo humanizar el desarrollo de Chile", en el cual los asistentes debatieron y reflexionaron sobre los desafíos y propuestas para contribuir a mejorar la educación, para enfrentar la desigualdad social y analizar la necesidad de una nueva Constitución para el país.
El evento realizado en el Centro El Ágora, coincidió con el Día de las Encíclicas sociales y contó con amplía convocatoria, iniciando con el saludo de bienvenida del Presidente de la Pastoral Social Caritas, Mons. Pedro Ossandón, quien invitó a encontrarnos a dialogar, con serenidad, apelando a la razón, pero a la razón iluminada por la fe, señalando que: “Apelamos a un desarrollo justo, equitativo, y donde todos puedan hacerse partícipes. Bienaventurados quienes creen en el diálogo, pongamos al servicio de este diálogo toda nuestra experiencia".
En tanto, el Presidente de la Comisión Justicia y Paz dio el marco para la reflexión del seminario cuyo objetivo es dar continuidad al documento de la Conferencia Episcopal de Chile: “Humanizar y compartir con equidad el desarrollo de Chile”, del año 2012.
En ese sentido manifestó que: dicho documento contiene aspectos que no pueden pasar desapercibidos, entre los cuales se destacan tres aspectos generales: 1) una reflexión que parte de la necesidad de perdón y conversión de la propia Iglesia; 2) una mirada atenta a los cambios de nuestro tiempo, invitando a un ejercicio de discernimiento ante estos; 3) una explícita intención de vincularse al magisterio universal y latinoamericano contemporáneo, desde el Concilio Vaticano II a nuestros días en materia de orden social, retomando así un rasgo característico de la iglesia chilena a la cual, en expresión del Cardenal Silva, ‘el alma de Chile’, no le es indiferente, según el propio texto recuerda. En términos del Concilio, se trata de la unión íntima de la Iglesia con la familia humana universal”, puntualizó.
Asimismo, según el presidente de la Comisión: “aflora la necesidad de atender al tipo de desarrollo que queremos construir y acercarnos con lucidez y asertividad a dialogar socialmente sobre aquello que es necesario corregir y que están a la base del malestar, la desafección y la pérdida de horizontes de esperanzas que por momentos invade el sentir social. Desde ese punto de vista, esta actividad, y así entendemos una de las tareas permanentes de la Comisión Justicia y Paz, quiere ser una “mesa de encuentro” sobre el necesario discernimiento social ante los desafíos que enfrenta nuestra sociedad, en un contexto cada vez más globalizado”, recalcó.
Durante el seminario se reflexionó en torno a “Desafíos y propuestas para contribuir a mejorar del sistema educativo”, el cual contó con la participación de Gonzalo Muñoz, Jefe de División de Educación General del MINEDUC; Juan Eduardo García Huidobro, académico de la U. Alberto Hurtado; Jaime Bellolio, Diputado de la República y Tomás Scherz, Vicario de la Educación.
El debate se centró principalmente en señalar que lo que el país requiere es una educación más igualitaria, gratuita y no segregada.
Los expertos señalaron además, la importancia de considerar el trabajo de los docentes a la hora de discutir reformas sustanciales, procurando otorgar un mejoramiento a los profesores, lo que prepare el camino para una educación de mayor calidad.
En ese sentido, Tomás Scherz, Vicario de la Educación, se refirió al tema señalando que “Cuando hablamos de educación, hablamos de maestro, hablamos del protagonista de la educación”, y en ese sentido propuso realizar un gran diálogo ciudadano sobre lo que significa el régimen del profesor: “pensar en un incentivo para que los mejores profesores puedan tener un trabajo con estabilidad, como maestro de humanidad en sectores vulnerables, la formación inicial del docente es algo que tenemos pendiente”, puntualizó.
La segunda reflexión se realizó en torno a “Desafíos y propuestas para enfrentar la desigualdad social”, el panel contó con Fernando Carmona, Asesor de presidencia CUT; Ignacio Irarrázaval, Director Centro de Políticas Públicas U y Ana María Correa, ex subsecretaria de Economía.
Fernando Carmona, Asesor de presidencia CUT se refirió principalmente a la desigualdad en las relaciones laborales, señalando que “Si queremos romper la desigualdad tenemos que romper esta relación que se produce desde el salario hacia los distintos ámbitos y para eso es necesario una reforma laboral en torno a la relación entre sindicato y empleadores”, puntualizó.
Mientras, Ana María Correa, ex subsecretaria de Economía, planteó que: “Se requiere un desarrollo productivo inclusivo, ya que una cantidad importante de utilidades se las llevan muy pocos. En ese sentido recalcó la necesidad de apoyar con más fuerza a las Pymes y generar condiciones que permitan el desarrollo regional”, señaló.
Finalmente, Ignacio Irarrázaval, Director Centro de Políticas Públicas manifestó que si bien se debe reconocer el problema de la desigualdad, es importante reconocer los avances: “Hay desigualdad y es es un desafío, pero también hay progreso. Creo que el punto está en generar propuestas hacia las políticas públicas con un enfoque universal, pero sin perder el foco en los más vulnerables”, señaló.
Luego, los participantes realizaron mesas de trabajo en torno a los temas expuestos, reflexionando y debatiendo sobre las propuestas planteadas, las cuales fueron presentadas en un plenario.
El último panel de discusión, se centró en ¿Una Nueva Constitución para el país?, debate efectuado entre Fernando Atria, constitucionalista; Gutenberg Martínez, ex Presidente Cámara de Diputados; Hernán Larraín, Senador de la República y José Antonio Viera Gallo Q., ex Ministro Secretario General de la Presidencia.
La discusión se abrió con la pregunta manifestada por Fernando Atria, quién manifestó la necesidad de plantear qué tipo de Constitución requiere el país.
En ese sentido, Gutenberg Martínez plantéo que el país se encuentra en un contexto de cambios sociales y en ese marco es pertinente preguntarse por reformas constitucionales. El ex parlamentario, se mostró partidario de constituciones abiertas sujetas a modificaciones “sobre todo por lo que estamos viviendo con cambios que son de tal magnitud que necesariamente las constituciones necesitan adecuaciones en el tiempo mucho más rápido que antaño”.
El senador Hernán Larraín, en cambio, señaló que no es tiempo de pensar en cambios constitucionales: “Creo que hay que darle espacio a los cambios constitucionales, pero son cambios muy específicos, hay nuevas demandas y aspiraciones que deben ser resueltas, eso exige modificaciones profundas, pero una nueva constitución creo que no se inserta en esa realidad”, expuso.
Por último, José Antonio Viera Gallo, ex Ministro Secretario General de la Presidencia, expresó qu: “Una nueva constitución si es necesaria, pero se debe partir por generar cambios sucesivos que incluyan cambios en el sistema electoral, abrir el camino a plebiscitos frente a determinadas materias y para ello es importante por un lado trabajar con la ciudadanía y por otro, el poder legislativo en el marco institucional”, recalcó.
Reflexiones al seminario desde la Carta Pastoral
La reflexión final de cierre del seminario estuvo a cargo de Mons. Alejandro Goic: “Este seminario ha sido justamente organizado por una comisión muy importante de la Conferencia Episcopal, la Comisión Justicia y Paz, fundamentalmente laicos hombres y mujeres que ven los problemas sociales. En ese sentido, quiero referirme muy brevemente a los tres temas que han ocupado este seminario. En el ámbito de la educación, señalábamos en la Carta Pastoral de 2012, que es uno de los ámbitos de nuestra sociedad donde se manifiesta más claramente la inequidad. En la reciente declaración de la última asamblea, dijimos que es necesaria una reforma educacional porque la diferencia de calidad en la educación que reciben los jóvenes desde la infancia es inaceptable, mas aun cuando depende de la situación económica de los padres al mismo tiempo hemos manifestado algunos puntos a reflexionar en la elaboración de la legislación de dicha reforma. Proponemos una reforma educacional que en el contexto de una sociedad libre, democrática y plural, asegure la realidad de proyectos educativos y las concepciones del tipo de persona a formar y salvaguarde el derecho de los padres a poder elegir la educación que quieren para sus hijos y que no sea tarea única y exclusiva del Estado proveerla.
En el tema de la desigualdad dijimos en Chile el nivel de desarrollo económico alcanzado convierte a la realidad desigual en algo explosivo. Ya no se acepta más que se prolonguen las diferencias injustificadas. La desigualdad se hace particularmente inmoral cuando los más pobres aun cuando tengan trabajo no reciben los salarios que les permita vivir y mantener dignamente a sus familias. La propuesta de la reforma tributaria tendrá que considerar aquello sobretodo como una remarcable ocasión de justicia distributiva y como toda reforma social que aspire a tener viabilidad social y permanencia requiere de un amplio diálogo de la sociedad, de los profesionales competentes, de la prudencia de los legisladores. Para tener reformas serias, verdaderas y eficientes, no basta las simples mayorías que sabemos pueden ser ocasionales sino los más ampliamos sociales que se pueden trabajar en el diálogo ciudadano y legislativo. En el tema de la institucionalidad necesitamos una carta fundamental que recoja por sobre todo los anhelos y aspiraciones del país que queremos ser y del valor que damos a la dignidad de la persona humana, asi como los adecuados mecanismos legales que nos permitan avanzar en forma participativa y responsable hacia la patria buena que queremos para todos.
Confiamos en la tarea de los legisladores y gobernantes; en el aporte calificado de los juristas y en los laicos cristianos que actúan en política para que los procesos de reforma constitucional puedan ser propios de una amplia y seria reflexión y que todo esto se desarrolle a través de los adecuados mecanismos de nuestra legislación. En todos estos ámbitos es necesario pensar con mirada amplia y generosa en el país que queremos ser no simplemente en los nuevos bienes a adquirir o en los espacios políticos a conquistar como lo señalábamos en la carta pastoral, es necesario un desarrollo económico pero éste no puede generar la destrucción de los social queremos hacer de Chile un país genuinamente desarrollado, un país más fraterno, con mayor esperanza, más libre, más feliz. Si Chile quiere responder al desafío presente tiene que ampliar su mirada y enfrentar su sistema político, educativo, económico y su concepto de desarrollo con una visión de conjunto como proyecto de país. Tenemos que integrarnos en la globalización sin perder nuestra identidad y nuestra alma, tenemos que revisar profundamente los valores que determinan nuestras discusiones, nuestros modos de vivir, sin perder los avances alcanzados con tanto sacrificio. Es fundamental que reflexionemos entre todos esta situación a fin de realizar pronto y con cordura los cambios necesarios”, finalizó.
Fuente: Comunicaciones Pastoral Social Caritas Chile