Llevando flores y globos en sus manos, las integrantes de la Pastoral de Casa Particular de Santiago, acompañaron a sus hermanas Hilda Valenzuela y Genetriz Isler, que esperaban recibir el Sacramento de la Confirmación.
La misa fue presidida por el Padre Andrés Moro, Vicario de la Pastoral Social y de los Trabajadores y concelebrada por el Padre Julio Dutilh, sacerdotes y diáconos.
“Agradecemos como Pastoral de Trabajadoras de Casa particular colocar en los brazos de María el caminar de tantos centros y compartir el don de la fe que hoy reciben en plenitud como confirmadas nuestras dos hermanas”, dijo el Padre Andrés Moro en su saludo inicial.
En su homilía el Vicario llamó a las trabajadoras y a la comunidad cristiana en general a dar muestra de su fe a través de la oración, la capacidad de compartir y la solidaridad. “La Santísima Virgen nos invita en este tiempo a orar y a compartir, porque siempre nuestra oración es en iglesia y en ella todos somos hermanos y hermanas. Tenemos que aprender en fraternidad y ese es un desafío para cada uno de los centros que formamos esta pastoral, para cada una de las comunidades que formamos en esta iglesia de Santiago. Cada comunidad es importante pero es parte de un fragmento más profundo que es el cuerpo de Cristo”, expresó.
“Una comunidad que ora, que comparte pero que no sale al encuentro de los demás no es cristiana. Si no estamos dispuestos a ser buenos samaritanos, a ser profetas de justicia y solidaridad no somos cristianos y aquí la pastoral de trabajadoras de casa particular tiene un llamado profético porque hay tantas de sus integrantes que no tienen sueldos dignos, no tienen un trato digno, muchas veces no sabemos relacionarnos con los hermanos que vienen de otros países que dejan tierra y familia para buscar nuevas oportunidades en nuestra patria. Hoy 300 mil mujeres son trabajadoras de casa particular y tienen derecho a vivir una vida evangelizada y en solidaridad”, concluyó el Vicario.
En el momento de la presentación de las ofrendas, dos trabajadoras de casa particular llevaron hasta el altar una barca hecha a mano, en la que se encontraba escrito el lema “Remar Mar Adentro”, simbolizando los compromisos de la las trabajadoras con el Señor.
Finalizada la misa, la pastoral compartió un rico desayuno junto a los sacerdotes y a las familias y amigos que acompañaron la eucaristía.
Confirmadas en la fe y amor al Señor
Alegres y emocionadas por el paso que representa la confirmación de la fe en su vida de cristianas, las trabajadoras compartieron algunas palabras y agradecimientos.
“Es demasiado importante para mi confirmarme, una compañera me contó que se iba a prepara para la confirmación y yo me animé para seguirla en este camino. Es un compromiso muy serio para mi vida, me gustaría continuar con esto y llegar prepararme para ser catequista”, expresó la señora Genetriz Isler.
“Hace dos años atrás me empecé a preparar para este día que significa una alegría muy grande de tener al señor presente a mi vida, lo necesitaba mucho. Fue el amor a Dios que me fue motivando cada vez más en este camino, es una bendición”, señaló la señora Hilda Valenzuela.
Para el Padre Julio Dutilh, Asesor de Fundación Santa Zita, éste fue un día muy importante. “Hemos peregrinado como todos los años en el Mes de María, realzando esta caminata con la celebración del sacramento de la confirmación de dos trabajadoras que es muy significativo porque la confirmación es esa fuerza del espíritu para la misión. Queremos reforzar nuestra vocación de discípulos misioneros para llevar este mensaje del Señor Jesús. Ellas son testigos del Señor en el lugar de trabajo y con su manera de actúan dan el testimonio de una servidora animada por el espíritu”.
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