17 de octubre de 2013- Las organizaciones de la sociedad civil -Fundación Superación de la Pobreza, Hogar de Cristo, TECHO Chile, América Solidaria, Comunidad de Organizaciones Solidarias, Caritas Chile y la Vicaría de Pastoral Social y de los Trabajadores- dieron a conocer una declaración pública en la que se propone un cambio de mirada sobre la pobreza, además de la urgencia de modificar el sistema de focalización vigente, en razón de las consecuencias negativas no esperadas que ha acarreado en la población que vive en pobreza.
El Vicepresidente de la Fundación Superación de la Pobreza, Juan Carlos Feres, quien hizo lectura de la declaración, afirmó que las instituciones reunidas plantean que si bien las actualizaciones desde la Fichas CAS hasta la Ficha Social han buscado mejorar el foco en quienes más lo necesitan y excluir a aquellos que podrían estar abusando del sistema de beneficios, “en la práctica, no se han dimensionado las secuelas del sistema, que implica que sean las propias personas las que deban asumir la responsabilidad de autodefinirse en pobreza, revelando sus miserias y carencias. Ante la Ficha sus logros no tienen cabida o son castigados con mayor puntaje”.
De acuerdo a las instituciones, el uso del sistema de focalización por Ficha resulta excesivo y su aplicación desmesurada para acceder a apoyos y programas del Estado, por lo que proponen limitar al máximo el uso de Fichas que impliquen autoreporte (encuestaje) de parte de la población, y avanzar hacia esquemas categóricos de focalización que son de fácil verificación, no sólo para el Estado sino también para los ciudadanos, y difíciles de tergiversar. Los esquemas de focalización propuestos son por selección de territorios en pobreza, o condiciones como la edad, género, el origen étnico, que eviten a toda costa la “demostración de miseria”.
En la actividad estuvieron presentes Juan Carlos Feres, Vicepresidente de la Fundación Superación de la Pobreza; Verónica Monroy, directora social nacional del Hogar de Cristo; Pía Mundaca, directora social de TECHO Chile; Benito Baranda, Presidente de América Solidaria; Alejandra Pizarro, directora ejecutiva de la Comunidad de Organizaciones Solidarias; Lorenzo Figueroa, director Caritas Chile y Luis Berrios, secretario ejecutivo de la Vicaría de Pastoral Social y de los Trabajadores.
En el documento también se explica que si bien la pobreza medida por ingresos ha registrado una caída significativa, desde 45% en 1987, hasta un 14,4% en 2011, y se ha reducido el hambre, la muerte temprana y el analfabetismo; la experiencia de ser, hacer y estar en pobreza ha cambiado muchísimo. Hoy las personas pueden tener acceso a los centros de salud, pero con calidades y oportunidades de atención disímiles, o pueden tener acceso a un trabajo, pero en mercados laborales segmentados, ya que los territorios donde residen suelen presentar poca actividad económica.
En este marco, las instituciones firmantes convocaron a un cambio de mirada que implica que las políticas orientadas a la pobreza “deben avanzar desde el paradigma de ‘dar cosas’ a un enfoque basado en convocar a los afectados a enfrentar el presente y el futuro de manera diferente y deben ser muy persistentes en este llamado. De esta manera, las políticas sociales no son meras proveedoras de bienes y servicios; son una forma de construir sociedad y debieran ser aprovechadas bajo esa mirada para convocar a la población a construir sociedad y forjar un destino común”.
Declaraciones
“Las personas han desarrollado mayoritariamente sensaciones de profundo malestar, frustración, inseguridad e impotencia ante el encuestaje, que además los insta a realizar un perverso ejercicio de ‘demostración de miseria’ para recibir algún apoyo”
Juan Carlos Feres, Vicepresidente de la Fundación Superación de la Pobreza.
“Es fundamental redefinir cómo focalizamos nuestras políticas sociales, dejando de concebir los logros de las familias como castigos. Nosotros como organizaciones buscamos que nuestra experiencia trabajando junto a las familias más excluidas incida en las políticas actuales de nuestro país”
Pía Mundaca, directora social de TECHO-Chile.
“En nuestra experiencia, hemos constatado que la participación protagónica de las personas que viven en pobreza en los procesos de mejora de su calidad de vida, genera mayores probabilidades de resultados positivos”
Verónica Monroy, directora social nacional del Hogar de Cristo.
“El principal desafío que tiene Chile es hacer que las personas y comunidades en situación de pobreza participen activamente en su transformación de la realidad. Para ello se requiere de instrumentos públicos de focalización y políticas públicas de promoción que permitan este proceso. Los actuales instrumentos son deficitarios y como consecuencia tenemos políticas y programas que excluyen aún más a las personas en situación de pobreza”.
Benito Baranda, Presidente de América Solidaria.
“La Ficha de Protección Social, por la que el Estado dirige ayudas a individuos, genera indirectamente individualidad y competencia en vez de la comunidad, vínculos y participación. En el Chile de hoy los pobres ya no son los que no tienen cosas sino aquellos que no pueden desarrollar sus capacidades para elegir: dónde y cómo quieren vivir, dónde educar a sus hijos o recibir atenciones de salud”
Alejandra Pizarro, directora ejecutiva de la Comunidad de Organizaciones Solidarias.
“No es posible abordar el tema de la erradicación de la pobreza, sin mirar la extrema desigualdad persistente en el país. Para avanzar debemos tomar en serio el desafío ético que esta realidad nos impone. Si bien debemos reconocer algunos avances dados desde el año ‘90, no debemos perder de vista que todavía hay una pobreza dura y que para poder superarla debemos cambiar la mirada, sobre todo procurando que sean las propias comunidades las que tengan protagonismo en sus procesos de desarrollo”.
Lorenzo Figueroa, director Caritas Chile.
“Vemos con preocupación cómo muchas veces nuestros interlocutores son prisioneros de su puntaje en la Ficha de Protección Social, la que les impide acceder la oferta social pública. Creemos también que la medición de ingresos familiares como dato fundamental hace que se cometan errores graves en los procesos de intervención, como por ejemplo, cuando se consideran como ingresos familiares aquellos que provienen del trabajo de uno o más niños de esa familia, pasando por alto la problemática que acarrea que exista un niño en situación de trabajo infantil”
Luis Berrios, Secretario Ejecutivo de la Vicaría de Pastoral Social y de los Trabajadores.
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