Vicaría de Pastoral Social y de los Trabajadores comunica el sensible fallecimiento del Padre Alfonso Baeza

La Vicaría de Pastoral Social y de los Trabajadores tiene la triste misión de informar el lamentable fallecimiento del Padre Alfonso Baeza Donoso. El deceso ocurrió  la noche de este jueves en la casa de Clero.

Alfonso Baeza fue ordenado sacerdote en junio de 1960 y fue el primer vicario de la Pastoral Obrera de Santiago desde 1977 y hasta el 2000, siendo un actor clave en la transición a la democracia y en la lucha de los Derechos Humanos y los trabajadores.

Tras el golpe de Estado colaboró con el Comité Pro Paz y la Vicaría de la Solidaridad. Además, fue director de Caritas Santiago y actualmente se desempeñaba como administrador parroquial en la comunidad Sagrado Corazón de Jesús de Estación Central.

Palabras de nuestro Vicario

Ante este sensible acontecimiento, el Padre Andrés Moro, Vicario de la Pastoral Social y de los Trabajadores, quiso entregar sus palabras a la comunidad:

“Hoy la iglesia ha perdido a uno de sus sacerdotes más ejemplares, que dedicó sus últimos 50 años justamente a poder vivir con profundidad este regalo que le hizo Jesucristo de estar más cerca de los pobres y hacer un buen anuncio del evangelio.

El padre Alfonso fue un sacerdote que ante todo funcionaba desde el corazón de Cristo. Si tenemos el ejemplo del Papa Francisco ahora, que nos muestra en todo el mundo la importancia de misericordia, la ternura, la acogida, nosotros podemos decir que hemos tenido a un modelo del Papa desde hace más de 50 años al servicio de la Iglesia de Santiago y de Chile entero.

Por otro lado, tenemos que agradecer también la valentía del Padre Alfonso al ser un sacerdote consecuente en la defensa de los más pobres y excluidos, especialmente de los trabajadores y de tantas personas que se sienten vulneradas en sus derechos, a través de un sistema económico que el Papa Francisco nos declara que mata y destruye a las personas.

Por eso el legado del padre Alfonso nos deja un legado de un hombre amante de Jesucristo y del Evangelio, hijo de la Iglesia, pero también servidor de todos los hombres y mujeres, sin distinción de raza o religión, solamente por ser creados a imagen y semejanza del Dios.”