Hoy más que nunca decimos NO al trabajo infantil

El 12 de junio se conmemora el día Mundial contra el Trabajo Infantil, y la Vicaría una vez más renueva su compromiso adquirido hace más de 20 años por la Iglesia de Santiago, en el abordaje de esta problemática, implementando programas en los cuales los niños, niñas y jóvenes se constituyen como sujetos activos, adoptando una participación protagónica. Así también, se ha acompañando en intervención directa a niños, niñas y adolescentes trabajadores, sus familias, escuelas y comunidades, poniendo en el centro la dignidad de la persona, especialmente de aquellos excluidos y vulnerados.

En Chile existen aproximadamente 219.000 niños, niñas y adolescentes que están en situación de trabajo infantil entre los 5 y 17 años de edad. Según las estimaciones del Ministerio del Trabajo y Previsión Social. Si bien sabemos que en comparación a la realidad de América Latina este número es relativamente bajo, la cifra  nos interpela a seguir trabajado, ya que no podemos obviar que para estos niños y niñas tiene grandes costos a nivel de su calidad de vida presente y futura, en ámbitos educativos y recreativos, impactando en ocasiones negativamente en su desarrollo.

La problemática del trabajo infantil es compleja y multicausal, no obstante, la experiencia en el trabajo con familias, nos ha evidenciado que una de las principales causas continúa siendo la precariedad y/o ausencia de trabajo estable en los adultos del grupo familiar, accediendo a empleos con bajos ingresos y/o de carácter temporal. Esto lleva a las familias a buscar distintas estrategias de supervivencia, como lo es el ingreso de  niños y niñas al mundo laboral, con el objeto de contribuir a la economía familiar. Resulta fundamental abordarlo y relevarlo en el contexto actual que vivimos a raíz de la crisis sanitaria y económica que está sufriendo el mundo por la Pandemia por COVID - 19. Se estima que las cifras de trabajo infantil aumentarán considerablemente, debido al desempleo y la cesantía, el comercio informal surge como manera de subsistencia en miles de familias, pudiendo incorporarse los niños, niñas y adolescentes a éste.

Desde el año 1996 la Iglesia de Santiago, a través de la Vicaría de Pastoral Social Caritas viene acompañando y contribuyendo a la transformación de la realidad del  trabajo infantil yadolescente, sin estigmatizar a las familias por la situación socio económica que viven. Ha orientado y motivado a los niños y niñas a seguir estudiando, a reducir sus horas de trabajo y ha vinculado a los niños y niñas a vincularse con otros  para compartir experiencias y aprender de sus derechos. Asimismo, ha trabajado en conjunto con las familias y las comunidades locales, realizando un trabajo sistémico poniendo al centro a los niños, niñas y adolescentes trabajadores.

Si bien existen avances concretos y cada vez somos más las instituciones con el sueño común de que los niños y niñas no tengan que trabajar, la erradicación de esta realidad es aún una tarea pendiente y una meta que tenemos como país para el 2025, de la que somos parte tanto  la sociedad civil como el Estado. Para ello, es necesario redoblar los esfuerzos, las iniciativas y estrategias, más aún en el contexto actual en el que estamos viviendo, donde los niños, niñas y jóvenes una vez más pueden ser invisibilizados y pueden ver vulnerados sus derechos.