Fueron más de 60 los trabajadores que se graduaron de dos diplomados certificados por la Pontifica Universidad Católica de Chile, los que entregan herramientas para la tarea sindical. Uno de los diplomados estuvo enfocado en los trabajadores fiscales y fue patrocinado por la Agrupación Nacional de Trabajadores Fiscales (ANEF). La actividad se desarrolló en el Salón de Honor de la Casa de Estudios.
En la oportunidad, monseñor Ezzati reiteró “la compañía y compromiso de la Iglesia con los trabajadores de nuestra patria en su peregrinar, en demanda de condiciones que permitan el desarrollo integral de la sociedad”. Esta se funda en el pensamiento social de la Iglesia, que es “el anuncio del amor de Cristo a la sociedad”. Los conceptos de la Iglesia sobre el trabajo emergen del momento bíblico de la Creación, cuando Dios trabaja y al séptimo día descansa, y encarga a hombres y mujeres continuar y perfeccionar la Creación. Señaló que a partir de allí surgen el derecho y deber del trabajo, las responsabilidades ambientales y derechos laborales como el acceso al trabajo y al descanso.
Recordó, también, que el primer contrato de trabajo suscrito en Chile fue firmado en 1608, cuando sacerdotes a quienes se les había entregado esclavos para su servicio, los liberan y al mismo tiempo los contratan como trabajadores, con jornada y con previsión. Igualmente se refirió a la inmensa obra pastoral del Cardenal Silva Henríquez junto a los trabajadores.
Sobre la injusticia en la distribución del ingreso, tarea que calificó como urgente para el próximo Gobierno, el Arzobispo afirmó que se debe enfrentar porque “afecta la paz social de Chile”.
Respecto de los salarios, dijo que cuando son tan bajos, se “está dañando al mismo trabajador y a su familia” y su dignidad.
En cuanto a la necesidad de más y mejor organización sindical, el Arzobispo recordó lo dicho por el Concilio Vaticano II: “el cristiano que descuida sus obligaciones temporales, falta a sus obligaciones con el prójimo y con Dios mismo, y pone en peligro su salvación eterna”. Agregando que la organización sindical es una manera de asumir las responsabilidades temporales. En ese sentido señaló que el Diplomado en Gestión de Relaciones Laborales organizado por la Vicaría de Pastoral Social y de los Trabajadores con fondos públicos concursables, es una contribución a elevar la calidad del sindicalismo.
Finalmente sobre la construcción de relaciones laborales, recalcó que el problema no está en su existencia, sino la forma en que se resuelven. En este sentido, abogó a favor del diálogo para “poner a el trabajo humano por sobre el capital; por sobre las ganancias, el reconocimiento a los trabajadores y a todo lo que ellos engendran”, para lo que pidió poner en ejercicio la racionalidad de las partes para encontrar “caminos de concordia y paz”.
El Arzobispo impartió finalmente su bendición a los trabajadores, sus dirigentes y sus familias, pidiéndoles que lo aprendido en estos diplomados lo pongan al servicio de todos, para conseguir condiciones de vida que reconozcan la dignidad de la persona humana.
Entre los asistentes a la ceremonia estuvieron la Directora del Trabajo, María Cecilia Sánchez; el presidente de la Unión Nacional de Trabajadores, Segundo Steilen; el vicario para la Pastoral Social y de los Trabajadores, Andrés Moro; y el Vicepresidente de Formación y Capacitación de la ANEF, Cipriano Aldea, además de autoridades de la propia universidad.
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