Peregrinación de Adultos Mayores al Santuario de Teresa de Los Andes: testimonio de fe y vida

Más de mil seiscientos adultos mayores llegaron la mañana del viernes 25 de agosto, al santuario de Auco,  convocados por la Vicaría de Pastoral Social Caritas

Cada año al finalizar el mes de la solidaridad miembros de pastorales, comunidades del adulto mayor de las siete zonas de la iglesia de Santiago se reúnen en el santuario de Los Andes  a celebrar la vida, peregrinan para dar  testimonio de su confianza en Dios que los llama a salir al encuentro  de la iglesia de Santiago, de las familias, de los jóvenes y dar gracias por tantas experiencias que han enriquecido su vida.

Este año, la peregrinación se realizó el viernes 25 de agosto, bajo el lema: Adultos Mayores, testimonio de fe y vida para la Iglesia de Santiago. Desde muy temprano, grupos y comunidades comenzaron a llegar al santuario y se preparaban para iniciar su camino hasta el templo, animados por el equipo de la Pastoral de Adulto Mayor de la vicaría.  

Al llegar al templo, compartieron la eucaristía, presidida por monseñor Jorge Concha, Obispo Auxiliar de Santiago y Vicario de la Pastoral Social Caritas y concelebrada por los vicarios de la zona Norte, padre Rafael Hernández y de la zona del Amipo, padre Miguel Hoban.

En su saludo a los adultos mayores, monseñor Jorge Concha expresó su alegría por encontrase para hacer iglesia, para hacer comunidad en un lugar especial. “Aquí tenemos la oportunidad reunirnos junto a amigos y disfrutar de la naturaleza que el Señor nos regalo. Estamos contentos de estar aquí,  de dar gracias al Señor al terminar el mes de la solidaridad”.  

En su homilía el Pastor reflexionó sobre el mandamiento del amor a Dios y al prójimo. “Si amamos a Dios,  vamos a respetar su nombre, lo vamos a reconocer. Frente al Dios grande, que es infinitamente misericordioso, nuestra pequeñez, nuestra pobreza, fragilidades y pecados.  De Él podemos dar pasos de vida, el puede hacernos personas nuevas.  Todos podemos ser reflejo de ese dios, que ama a todos y reparte sus dones de su amor a todos”.

Además señaló que “los mandamientos nos ayudan,  son como señales,  nos indican el camino” y animó a los adultos mayores “a reconocer a Dios que es fiel,  a perseverar en la fidelidad, en el amor a Dios y en el amor a los hermanos”.